martes, 21 de julio de 2009

La frialdad de la moda


Reptando herido cual serpiente moribunda, sus brazos extendía buscando un pecho fraterno como Discépolo, para morir abrazado. Y con la misma frialdad que él había tenido con ellos en el pasado, tirado y abandonado lo dejaron los animales del cautiverio y de refinados pelajes que le habían servido para la moda.
Irónicamente, el único que se le acercó para tomarle la mano fué un ser de sangre fría y de brillante escamosidad como el cuero de sus elegantes zapatos. Seguramente lo habría ayudado porque sintió compasión ante un “semejante”… ¿O tal vez lo hizo para ampliar su vestuario y así vengarse?

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