jueves, 10 de septiembre de 2009

“El reptil fantasma”



A los animales en un corral los científicos querían guardar. Al león, que por su fiereza no se dejaba encerrar, bastó con un dardo tranquilizante para como a un gatito, ponerlo a ronronear. Luego le tocó el turno a los equinos. Si bien eran rápidos, la velocidad no fue obstáculo para apresarlos, porque la docilidad que tienen los caballos no dificultó la tarea; solamente bastó con colocarles un bocado y tomarlos de este para manejarlos. Con los burros fue más fácil todavía. Solo fue necesario colocarles una zanahoria colgando de un hilo delante de sus miradas. A los cerdos se los atrapó con chiqueros, y a las avestruces bastó con asustarlas para que metieran sus cabezas en la tierra y así poder atraparlas.
El problema lo tenían con el escurridizo camaleón, no solo porque cambiaba de color como mecanismo de protección, sino que también, era tan veloz que al pasar, como un fantasma una estela dejaba. Fue entonces cuando le pidieron ayuda a él para agarrarlo, la última carta que les quedaba, un “as” llamado Flash, “El Corredor Escarlata”. A pesar de que lo intentó agarrar y mucho se le pudo acercar, solo una foto le pudo tomar.

Sabiduría salvaje


Yo creía saber absolutamente todo acerca de lobos, cuervos y bebes... En mi casa en vez de un perro, como mascota tengo un lobo, en vez de un ruiseñor que me deleite por las mañanas con sus sonatas, tengo un cuervo que me guiña el ojo por las noches; finalmente esta mi hijo de un año de vida…
¿Que mas necesitaba para inspirarme si tenia todo lo necesario para escribir...? Ahí fue donde caí en el error... ¿Que pueden aportar un lobo y un cuervo domesticados si el alma se moviliza con el estimulo del estado salvaje?

Una cuenta muy pesada


La ambición y el consumo desmedido, la necesidad de sentirse poderoso, la impunidad, la omnipotencia y falta de respeto por el medio ambiente y sus semejantes condenó al ser humano a seguir sintiéndose como siempre quiso, como un Titán; porque así como el dios Zeus sentenció a Atlas a cargar la Tierra sobre sus hombros para mantenerla separada de los cielos, la Madre Naturaleza lo esta haciendo con el hombre condenándolo a cargar con una pesada factura que le pasó por contaminar los aires, los suelos y las aguas; por agotar los recursos naturales y por enfermar a sus pares con mortales enfermedades.
Pero a diferencia de Atlas, el hombre no es un dios y el precio que esta pagando por haber jugado a ser una Divinidad es muy alto y lo esta padeciendo, porque si no puede cargar sobre sus hombros a un mundo que dejó en agonía, menos podrá todavía saldar algún día esa cuenta tan pesada y difícil de levantar.