martes, 28 de julio de 2009

El hombre lagarto


Para él, cada día era único e irrepetible. Disfrutaba todos y cada uno de ellos; el único inconveniente que tenia para continuar con su vida carente de preocupaciones y responsabilidades, eran las bajas temperaturas que durante las noches de invierno, le complicaban conciliar el sueño en el vagón abandonado donde vivía, y las altas temperaturas, que lo agobiaban durante el verano. Mas allá de estos contratiempos, su vida, que estaba despojada de todo bien material, era perfecto equilibrio. Pero como era obvio, no disponía de dinero para calefaccionar ni refrigerar su improvisada vivienda de metal, entonces, se ofreció como voluntario en un laboratorio para una prueba experimental donde cruzando sus genes con los de un lagarto, se convertiría en un hombre heterotermo. El criterio que los biólogos tenían para fundamentar este experimento, estaba respaldado por un fuerte rigor científico: confiaban en que si Peter Parker había mutado en el Hombre Araña al recibir ADN de una araña en su sangre, lo mismo debería suceder en este experimento entre este hombre y el reptil.
Y así fue… El experimento fue un éxito; el problema fue cuando una mañana, recién entrada la primavera, el conejillo de indias luego de varios meses, despertó y se dio cuenta de que había pasado todo el invierno hibernando.

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