sábado, 25 de julio de 2009

Final alternativo de “El hombre lagarto”




Para él, cada día era único e irrepetible. Disfrutaba todos y cada uno de ellos; el único inconveniente que tenia para continuar con su vida carente de preocupaciones y responsabilidades, eran las bajas temperaturas que durante las noches de invierno, le complicaban conciliar el sueño en el vagón abandonado donde vivía, y las altas temperaturas, que lo agobiaban durante el verano. Mas allá de estos contratiempos, su vida, que estaba despojada de todo bien material, era perfecto equilibrio. Pero como era obvio, no disponía de dinero para calefaccionar ni refrigerar su improvisada vivienda de metal, entonces, se ofreció como voluntario en un laboratorio para una prueba experimental donde cruzando sus genes con los de un lagarto, se convertiría en un hombre heterotermo.

El experimento se llevó a cabo y aparentemente, fue un éxito. Pero inesperadamente, luego de un tiempo, sucumbió en su vagón la madrugada de la primera noche fría de invierno. Allí lo encontraron sin signos vitales... Lo dieron por muerto.

La noche luego de su entierro, el celador del cementerio escuchó ensordecedores gritos asfixiantes silenciados por cuatro metros de tierra encima. Era él.

¿Quién se hubiera imaginado cuando lo encontraron en el vagón, que se trataba de un “Saurio-sapiens” que estaba hibernando y que luego, en el cálido ceno de las profundidades de la tierra se despertaría de su profundo letargo?

No llegaron a desenterrarlo a tiempo, murió.

1 comentario: