jueves, 10 de septiembre de 2009

“El reptil fantasma”



A los animales en un corral los científicos querían guardar. Al león, que por su fiereza no se dejaba encerrar, bastó con un dardo tranquilizante para como a un gatito, ponerlo a ronronear. Luego le tocó el turno a los equinos. Si bien eran rápidos, la velocidad no fue obstáculo para apresarlos, porque la docilidad que tienen los caballos no dificultó la tarea; solamente bastó con colocarles un bocado y tomarlos de este para manejarlos. Con los burros fue más fácil todavía. Solo fue necesario colocarles una zanahoria colgando de un hilo delante de sus miradas. A los cerdos se los atrapó con chiqueros, y a las avestruces bastó con asustarlas para que metieran sus cabezas en la tierra y así poder atraparlas.
El problema lo tenían con el escurridizo camaleón, no solo porque cambiaba de color como mecanismo de protección, sino que también, era tan veloz que al pasar, como un fantasma una estela dejaba. Fue entonces cuando le pidieron ayuda a él para agarrarlo, la última carta que les quedaba, un “as” llamado Flash, “El Corredor Escarlata”. A pesar de que lo intentó agarrar y mucho se le pudo acercar, solo una foto le pudo tomar.

1 comentario:

  1. Amigo Thoor, espero que andes de vuelta por nuestro espacio. Nos era muy grato leer tus textos. Te dejo un gran saludo

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